viernes, 24 de febrero de 2012

miércoles, 22 de febrero de 2012

Historias desde el huerto

Más de uno se ha reído y se reirá de mí. Y es que eso de tener un huertito... claro, un hobby de urbanita reciclada, uff, con el tiempo que hay que dedicarle, se te pasará enseguida...
Pues no, no se me va a pasar. Ya sé, tengo mis limitaciones de tiempo y de fuerzas, pero lo voy a intentar con todas mis idem. No lo dude nadie.


       

En casa tengo un bancal, pequeñito. Me ha costado lo mío limpiarlo para poder cultivar algo, porque estaba con todo tipo de malas hierbas y raíces extrañas y tozudas. Azada en ristre, me puse una mañana y, dale que te pego, removí todo aquello hasta acabar derrengadita y con agujetas para una semana (o más... que mira que tenemos músculos en el cuerpo en lugares extraños...), pero FELIZ. 
Además, fue un espectáculo de lo más divertido para mi santo (no lo puedo evitar, Elvira -Lindo-, me chifla lo del santo...), que me miraba desde el porche entre incrédulo y muerto de risa, porque hacía frío y yo iba quitándome capas y más capas, hasta que acabé como un forzudo del circo (¡me entra la risa cuando me acuerdo de mis pintas!). 


Mis lechugas...

Bueno, pues ahora hay unas lechugas, cebolletas, ajos, brécol y unas fresas con las que los pájaros se están poniendo las botas, porque las vemos salir y al día siguiente han desaparecido misteriosamente...

Tres plantas de brócoli



Las zanahorias no han querido salir, y los guisantes se los comió el perro al que, por cierto, dedicaré una extensa entrada, porque es para escribir un libro...

El caso es que este bancal ha sido un experimento autodidacta, pero como no hay nada como ser humilde y reconocer las carencias de una, pues me apunté al curso que organiza e imparte Jose Manuel Bisetto desde su empresa Agricología, "Crea tu propio huerto ecológico".



Se nota que estoy experimentando con los editores de fotografía... es que a estas horas a una le da igual todo!

...pero esto da para otra entrada y ahora me muero de sueño...
Good night, sleep tight

lunes, 20 de febrero de 2012

¡Por fin cuatro huevos!


¿Todavía no he hablado de mis gallinas? Raro, porque me tienen loca. Es que son la alegría del jardín, no os podéis imaginar. Nos las trajeron los Reyes Magos  ¡eso sí fue una sorpresa!
Miquel estaba como loco, Luis se enamoró perdidamente de ellas nada más verlas (y eso que no quería... hay que ver) y se puso a acomodarles todo tipo de palos, refugios, una escalera para subir al olivo...


Duermen encaramadas en el olivo, qué os parece... ¡las gallinas son "arborícolas"! Ya nos lo decía el amigo Nelson. ¡Tienes que venir a verlas, Nelson!. La primera vez que las vi subiendo al olivo, por la escalera, en fila india, al atardecer... en fin, me quedé boquiabierta.
Yo no sé qué es lo que tienen, pero de verdad que tengo la sensación de que nos han cambiado la vida, un poco más (me río...).
Y ayer pusieron, por fin,  un huevito cada una. ¡Misión cumplida! La de bizcochos que pienso hacer...
Os las presento: Marcelina, Valentina, Paca y Rubi, que es la más glamurosa, pero están todas gorditas y guapísimas .

Ya os iré contando, porque son una aventura permanente. A ver si hoy caen otros cuatro...

domingo, 19 de febrero de 2012

Hablando del aquí y ahora...

Foto: laurikain
¡Acabo de encontrar estas fotos en flikr!
Es Giora Pinkas (con Alexander en persona...),
mi maestro y un gran experto en el arte del Aquí y Ahora ...
y en el arte del buen humor 

Para los que se inician en esto de la Técnica Alexander, o los que andan buscando, o los que saben un montón... pues, qué se le va a hacer, esto es el primer paso, como lo es en cualquier técnica de crecimiento personal o de autoconocimiento que se precie. Ya no nos debería sorprender, pero... ya sé, cuesta. A mí también. 
Sin dejar de hacer lo que estés haciendo, en cualquier momento, dirige una parte de tu atención hacia alguna cosa diferente: tu cuerpo, tu postura, los sonidos que te rodean, las sensaciones físicas o emocionales, la luz que entra por la ventana, los pensamientos que se cruzan, lo que ves...  
¿Qué tal? ¿Alguna sorpresa? 
Yo me he sorprendido encogiendo los hombros, porque estoy escribiendo en el ordenador, sentada en una mecedora con brazos demasiado altos... pero es que hace un frío! y me he arrimado con mecedora y todo a la chimenea... 
Vale, puedo soltar los hombros, cambiar de silla... pero no, más cosas, más. Sea lo que sea que aparezca en el primer plano de tu conciencia, no trates de cambiarlo... todavía. Además, hay cosas que no hay que cambiar. Disfruta de lo que entra en tu conciencia auditiva o visual, hazlo tuyo o aguanta el tirón si no te gusta... por ahora. 
Porque AQUÍ Y AHORA, lo único que queremos es aumentar nuestra presencia en el instante que vivimos, aumentar nuestra capacidad de percibir, y dejar entrar en nuestra consciencia todo aquello que quizá nos impide ser y estar relajados en medio de la acción presente.  
Después podremos escoger: seguir como siempre o cambiar. 
Venga, lo practicamos con un poco de paciencia y durante un tiempo, sin miedo a "hacerlo mal", sin flagelarse. Como en un estado de alegre meditación... "esto es demasiado serio como para tomárselo en serio" (¿Quién dijo esto?...)

jueves, 16 de febrero de 2012

Amor de madre...

Mi niño se ha convertido en un hombre...

 
... y que duren la alegría y la ternura.
"Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo camino,
camino sobre la mar... "
¡Qué razón, Don Antonio! Si lo llego a saber, no me hubiese preocupado tanto. Después de la tempestad adolescente, llegó la calma, y quedó un gran corazón. Algo hicimos bien...

El tiempo y yo...

Preciosa foto y precioso poema... no me he podido resistir y ahí van...

Foto: Thorsten Becker

Time is but a mechanical illusion

Time is but a mechanical illusion
Kept in motion by our dreams and desires,
Relentlessly ticking, moving forward, toward
The final hour.
Gears turning,
Love's burning,
Hope's yearning,
When will we be learning?

Querida Ana,
Últimamente me pasa algo con el tiempo. Tengo la sensación de que se me escurre entre las manos. O que yo me escurro entre las suyas. O algo parecido. De todas formas, ¿qué es el tiempo? Un invento incontrolable. Yo, ni lo entiendo... Lo que sé es que, a veces, una siente que "tiene" tiempo, que la vida transcurre tranquilamente, y otras, como me sucede últimamente, ando como una loca tras él, como el conejo de Alicia.
Pero no me refiero solamente a la sensación de que el día no tiene suficientes horas. Me sucede lo siguiente: 
Miro el reloj: las 8 y 19 minutos. Ah, vale, tengo tiempo, a las 8'35 salgo de  casa...
Miro el reloj: ¡¡¡¿¿¿Qué???!!! Las 8'45. Han pasado 26 minutos y yo hubiese dicho que no  habían pasado ni diez...
Si lo cuento, los que me conocen dirán que me ha pasado siempre. Puede ser... sólo que ahora mismo me asusta un poco.
Quizá tiene que ver con la velocidad a la que se suceden los acontecimientos, las novedades y las emociones en nuestra vida en los últimos tiempos.
 El caso es que no paro.
... no sabes el bien que me hace este momento de pausa. "Inhibition"... Parar y mirarme. Sentir: el susto, el bienestar de estar aquí, al sol, sintiendo el calor (por fin...); oigo a alguien silbar, a los niños jugando (esta vez se han subido a la higuera...), pájaros, un tractor. 
Y de repente me viene a la memoria Aranka... 
Für einen Moment,  
sich in das Leben hineinloslassen,  
aushalten, so wie es ist...  
Für einen Moment... 
Tú lo entiendes, Ana, pero para los que no...
           
 Por un momento,  
abandonarse a la vida,   
soportarla, tal como es...  
Por un momento...

Aranka, Aranka... mi maestra. Pronto te hablaré de ella. 
Vale, ¿que por qué no paro? Porque hay muchas cosas que aprender por aquí: agricultura ecológica, permacultura, bosques comestibles, chiqung, canto experimental, hacer un blog, escribir, fotografía, educación y más educación, las clases de Técnica Alexander, preparar cursos y charlas (en alemán...) la casa, reuniones de padres, reuniones de amigos, trueques (ahora ando de conductora de autobús...) ¿Es para perder la noción del tiempo o no? 
Hale, a ver si duermo hoy un poquito más, que llevo una racha... 
Nos vemos pronto, muy pronto
Schlaf gut, meine liebe...

viernes, 10 de febrero de 2012

Fátima la hilandera

...Una vez a la semana, por lo menos... Historias y otras cosas que me emocionan

Esta historia sufí me ha acompañado desde hace muchos años y siempre vuelve a mí en el momento adecuado, como un soplo de esperanza que me deja tranquila, confiando en la vida. Quiero compartirla...

 Foto: Meisi
En una ciudad del más lejano Oriente vivía una joven llamada Fátima, la hija preferida de un próspero hilandero. Un día, su padre le dijo:-Hija, has aprendido el oficio y te has convertido en mi ayudante. Quiero que vengas conmigo a una travesía, pues tengo negocios que hacer en las islas del Mediterráneo. Tal vez encuentres un joven atractivo, de buena posición, al cual podrás tomar por esposo. 
Se pusieron en camino y viajaron de isla en isla, el padre haciendo sus negocios y Fátima soñando con el esposo que pronto podría ser suyo. Pero un día, cuando estaban camino de Creta, se levantó una tormenta y el barco naufragó. Fátima, semiconsciente, fue arrojada a una playa cercana a la ciudad de Alejandría. Su padre había muerto, dejándola completamente desamparada. 
A partir de entonces, su vida pasada le pareció un tenue recuerdo lejano. Estaba completamente exhausta por la experiencia del naufragio, por tantas horas expuesta a las inclemencias del mar… Mientras vagaba por la arena, una familia de tejedores la encontró y, aunque eran muy pobres, la llevaron a su humilde casa y le enseñaron el oficio. De esta sencilla manera, Fátima inició una segunda vida y, al cabo de uno o dos años, habiéndose reconciliado con su suerte, recobró su felicidad. 
Pero una mañana, estando en la playa, una banda de mercaderes de esclavos desembarcó y se la llevó junto con otros cautivos. Pese a lamentarse amargamente de su suerte, la muchacha no encontró ninguna compasión por parte de ellos, quienes la llevaron a Estambul y la vendieron como esclava. Por segunda vez, el mundo se había derrumbado.

Uno de aquellos días, sin embargo, apareció en el mercado un hombre que buscaba esclavos para trabajar en su aserradero, donde fabricaba mástiles para barcos. Cuando el mercader vio el abatimiento de la infortunada Fátima, decidió comprarla, pensando que podría ofrecerle una vida un poco mejor que la que habría de recibir de cualquier otro comprador.Llevó a Fátima a su hogar con la intención de hacer de ella una sirvienta para su esposa, pero, al llegar a su casa, se enteró de que había perdido todo su dinero, pues su cargamento más importante había sido capturado y robado por unos piratas. 
Comprendió que ya no podría afrontar los gastos que le ocasionaba tener tantos trabajadores, de modo que él, Fátima y su mujer quedaron solos para llevar a cabo la pesada tarea de fabricar mástiles.Fátima, agradecida a su empleado por haberla rescatado, trabajó tan duramente y tan bien que tiempo después él le dio la libertad. Gracias a su esmero, ella llegó a ser su ayudante de confianza. Fue así como logró ser relativamente feliz en su tercer oficio. 
Un buen día el mercader le dijo:-Fátima, necesito que vayas a Java con un cargamento de mástiles. Asegúrate de venderlos con provecho.La muchacha se pues en camino, pero al pasar frente a las costas de China, un tifón hizo naufragar la embarcación y, una vez más, salvó milagrosamente su vida mientras era arrojada a las playas de un país desconocido. Otra vez lloró amargamente, pues sentía que en su vida nada sucedía de acuerdo a sus expectativas. Siempre que las cosas parecían andar bien, algo espantoso ocurría malogrando todas sus esperanzas.-¿Por qué será –exclamó Fátima por tercera vez- que siempre que intento hacer algo se malogra? ¿Por qué tienen que ocurrirme tantas desgracias?Pero no hubo respuesta, de manera que se levantó de la arena y caminó tierra adentro. 
En China nadie había oído hablar jamás de Fátima, ni existía persona que supiera acerca de sus problemas. Sin embargo, en uno de aquellos reinos existía la leyenda de que un día llegaría allí cierta hermosa mujer extranjera, capaz de enseñar a construir enormes tiendas para sus ejércitos, un arte por entonces muy codiciado. 
A fin de estar seguros de que la esperada extranjera no pasara inadvertida si un día pisaba aquel suelo, el rey solía mandar heraldos a todas las ciudades y aldeas, pidiendo que cada mujer extranjera fuera llevada a la Corte. Fue precisamente en una de esas ocasiones cuando Fátima, agotada, llegó a una ciudad costera de China. La gente del lugar habló con ella por medio de un intérprete, explicándole que tendría que presentarse ante el rey.-Señora –dijo el rey cuando Fátima fue llevada al castillo-, ¿sabéis fabricar una tienda capaz de resistir los embates de las campañas de mis ejércitos?-Creo que sí –respondió Fátima.Muy pronto, habiendo comprobado la mala calidad de las sogas que poseían, recurrió a los conocimientos de sus tiempos de hilandera, recogió lino y fabricó las cuerdas. Luego pidió una tela fuerte, y también la juzgó inadecuada para el uso. Entonces, utilizando su experiencia con los tejedores de Alejandría, fabricó una tela resistente para hacer tiendas. Más tarde, como había sido enseñada por el fabricante de mástiles, de Estambul, hábilmente confeccionó unos sólidos parantes. Al quedar estos listos, se devanó los sesos recordando todas las tiendas que había visto en sus viajes, y he aquí que la tienda fue construida.

Cuando esta maravilla fue mostrada al rey, él le ofreció dar cabal cumplimiento a cualquier deseo que ella expresara. Fátima eligió entonces establecerse en China, donde se casó con un atractivo príncipe y rodeada por sus hijos vivió hasta el final de sus días.Fue a través de estas aventuras como Fátima comprendió que aquello que le había parecido, en su momento, una experiencia desagradable, resultó ser parte esencial en la elaboración de su felicidad final.



miércoles, 8 de febrero de 2012

Barbara Hamilton me da una espalda nueva

Si no recuerdo mal, fue en el hotel Velázquez, en Madrid.
Barbara Hamilton me parecía una mujer imponente, segura de sí misma, pero jovial y cercana; se la veía por los pasillos, risueña y llena de energía, y supongo que esto me dio la confianza suficiente para saltar de la silla cuando en su presentación de la Técnica Alexander pidió un voluntario para hacer una demostración.  
Y es que yo andaba preocupada porque empezaba a sentir demasiadas tensiones al tocar el violonchelo, en mi estudio diario, pero también en los ensayos y conciertos de la orquesta, que solían terminar con un estupendo dolor en el sacro que irradiaba hacia las piernas.
Por otro lado, notaba en esa época una tendencia a tensar el brazo y la mano izquierdos. A menudo, mis horas de estudio terminaban también con dolor en el antebrazo y la muñeca. 

Una bonita foto de aquellos tiempos. Es un ensayo en Pec, Hungría, con la JONDE, allá por 1986.
¡Qué jovencitos, Jorge Pozas y yo!       

Así que, ahí estaba yo, ante mis escépticos y divertidos compañeros de la JONDE, dejándome llevar, con la manos de Barbara en mi cuello, guiando mi cabeza... no recuerdo mucho más. Pero sí recuerdo que en el siguiente ensayo, Barbara, atenta a la necesidad que yo había mostrado, se me acercó cuando ya estaba sentada en el escenario y me dijo "mira a tu compañero delante de ti". Era Juan Carlos Cadenas, un espléndido violonchelista, alto y corpulento. "Mira su espalda y piensa que esa es tu espalda, así de grande, con esos hombros y esa fuerza" 
Mano de santo... durante ese ensayo, aún en mi perplejidad de no saber cómo se hacía eso, me sentí otra. Y no me dolieron las piernas ni la espalda... No, no, un milagro no fue... y el dolor volvió en más de una ocasión. Pero fue una experiencia que dejó en mí la semilla de una actitud nueva, una actitud inquieta de inconformismo y búsqueda, y, por qué no, también de autoconocimiento.

Barbara Hamilton es  actualmente Directora Artística y Viola de la "Colorado Chamber Players".
 Durante siete años fue profesora de viola, música de cámara y Técnica Alexander en la Joven Orquesta Nacional de España.
Este es un enlace que he encontrado, por si alguien decide buscarla hasta el fin del mundo... 

viernes, 3 de febrero de 2012

Querida Ana



Foto Meisi



Querida Ana,
andaba yo pensando cómo empezar a caminar por esta para mí virgen e inexplorada  selva de los blogs, y, en medio de mi desesperación y titubeo, voy y me encuentro contigo... Te imagino ojiplática y pasmada, sorprendida, vaya, como para estar a tono conmigo y con el nombre de este lugar.
Querida Ana, esto es el diario de un cambio, pequeñito e insignificante en comparación con el cambio grande que se está produciendo, aunque sea a espaldas de los manipuladores, que no gobernantes, de este mundo.
Y te preguntarás por qué me dirijo a ti...


Porque cuando hablo contigo estoy relajada y soy sincera, y me atrevo a abrirme y a ser yo misma, con mis grandezas y mis tonterías... 
Porque me siento escuchada, comprendida, aceptada y querida por ti... SIEMPRE 
Porque, de repente, me he dado cuenta de que en medio de toda esta vorágine que me azuza sin parar en los últimos tiempos, tu amistad se mantiene y da cuerpo y dirección a mi vida, junto al amor de mi familia y un par de cosas más, pocas... 
Y porque siempre me pone contenta charlar contigo, que es una poderosa razón


Así que, no te sorprenda más encontrar de vez en cuando una carta para ti en este cajón de sastre que me acabo de inventar...
!Qué vértigo da esto, chica! Pero te digo: me siento viva, y muy, muy AQUÍ Y AHORA.
Como decía ayer, te quiero